Tomarse un momento para hacer una pausa y estar presente puede tener un impacto positivo en nuestro bienestar mental. La técnica STOP es una práctica de mindfulness que implica cuatro pasos: Detenerse, Dar un paso atrás, Observar y Proceder conscientemente. Esta técnica puede ayudarle a ganar perspectiva y a controlar el estrés y la ansiedad en el momento. Se ha demostrado que mejora la atención, regulación emocional, ansiedad, depresión y la función inmunológica. Además, puede proporcionar alivio a corto plazo durante situaciones difíciles y ayudar a prevenir acciones impulsivas resultantes del dolor emocional ocasionado por una crisis.